Decisiones cósmicas a nivel coloquial: The Cosmic Wheel Sisterhood o cómo Deconstructeam lo ha vuelto a hacer
Cuando tomar decisiones es algo trascendental y satisfactorio.
Cuando juego suelo tomar algunos apuntes, pequeñas ideas muy resumidas en las que poder apoyarme cuando escribo para no olvidar o perder en mis cavilaciones algo que me haya parecido interesante. Con The Cosmic Wheel Sisterhood, el nuevo juego de Desconstructeam, me di cuenta de que no lo estaba haciendo cuando habían pasado varias horas seguidas en lo que iba a ser un pequeño primer contacto, y no porque no encontrara nada relevante, sino porque consiguió atraparme de lleno; sólo quería jugar y seguir disfrutando, una abstracción que no suelo experimentar comúnmente.
Porque el equipo español lo ha vuelto a hacer y, sirva antes de nada, que repase todos sus juegos para que apuntes, compres, juegues y disfrutes, ya que no hay mejor conclusión: Gods Will be Watching, The Red Strings Club -por ahora, creo que mi favorito- y Essays on Empathy, al que sumamos el ya mencionado The Cosmic Wheel Sisterhood.
Sin querer ahondar en demasiados detalles -ya que en juegos donde la historia es absoluta protagonista considero que sería contraproducente para tu posible experiencia-, su premisa puede ser suficiente: interpretamos a Fortuna, una bruja de una hermandad cósmica que ha sido recluida durante un milenio -a la que le quedan todavía 800 años por cumplir- en una casa entre las estrellas, pero que decide invocar a un poderoso behemot para intentar encontrar una solución ante su hastío. Esta bruja tiene dones adivinatorios, pero su baraja de tarot también ha sido requisada como parte de su castigo. Por ello, decide crear -lo haremos nosotros- su propia baraja de adivinación, una nueva herramienta muy poderosa que pronto descubrimos es increíblemente precisa en sus predicciones.
¿Dónde está el mayor punto fuerte de The Cosmic Wheel Sisterhood? Precisamente, en cómo utiliza esa baraja y los dones adivinatorios de Fortuna para establecer la posibilidad de decidir, de que cada vez que Fortuna pueda leer sus nuevas cartas tenga la oportunidad de interpretar el destino a su -nuestra- manera y descubrir que siempre se cumple. De esta forma, nos encontramos con una obra que nos permite tomar decisiones muy relevantes que varían por completo la historia con lo que parecen ser combinaciones casi ilimitadas: podemos sacar cualquier carta -creada por nosotros mismos con diferentes bases y designios- que puede ser interpretada de diferentes formas. Ese poder de leer -y escribir- el futuro es tan poderoso y palpable que se convierte en un espectáculo. Cada vez que te enfrentas a la posibilidad de crear una nueva carta, te regocijas al pensar en su futura utilización, y cuando la lectura llega, la responsabilidad y la satisfacción se combinan.
Tomar decisiones en un videojuego y comprobar sus consecuencias es siempre muy placentero, es algo que me encanta hacer y celebro cuando cualquier videojuego aporta esa posibilidad, pero es común encontrar las “trampas”, los ajustes realizados, que no todo esté realmente atado. Os confieso que tras una partida soy incapaz de saber exactamente cómo funciona este sistema en The Cosmic Wheel Sisterhood, y es algo que me alegra porque sólo puede significar que funciona muy bien.
Lo informal en lo universal
Lo que también resulta fascinante en The Cosmic Wheel Sisterhood -amén de un apartado visual fantástico y una personalidad abrumadora a nivel sonoro, marca de la casa- es su escritura. Nos adentramos en terrenos universales y filosóficos, en un entorno galáctico en el que se suceden las conversaciones sobre el significado de todo, la creación misma del universo, la trascendencia del ser, mientras se combina con otros elementos como la identidad de género, la ansiedad o los problemas más mundanos. Y todo ello se traduce en algo funcional: es creíble que una bruja cósmica trate los asuntos más trascendentes, pero también que se preocupe por su persona, como mujer.
Esto se combina con una escritura muy coloquial, con diálogos y conversaciones muy de estar por casa. Esto genera una atmósfera muy cercana, algo lógico, pues por muy lejanas que encontremos nosotros estas cuestiones para las personas y criaturas que nos cruzamos son conceptos básicos con los que llevan lidiando cientos de años, o miles, o literalmente más tiempo del que nuestro universo lleva existiendo. A pesar de ello, es el único punto donde me he encontrado algo disconforme -y es algo muy personal- en algunas situaciones y diálogos, quizás demasiado cándido, puede que algo forzados, o donde el tono podría haberse establecido de otra manera. Pero, repito, no deja de ser una percepción subjetiva ante la que encontramos solución: todo es lógico y comprensivo, todo se mueve en unos márgenes que funcionan y que cohesionan de principio a fin.
Jugad a The Cosmic Wheel Sisterhood, no puedo decir más. Deconstructeam lo ha vuelto a conseguir y consiguen reafirmarse como uno de los estudios creativos más interesantes de toda la industria. Es lo que dice la lectura de mis cartas, ¿cómo interpretas las tuyas?