He encontrado lo mejor y lo peor de la vida en un sencillo juego de granja
Vida y muerte camufladas entre mugidos de vaca.
Me gustan los videojuegos de simulación de granja, los simuladores de vida, los que rozan el costumbrismo por encima de la fantasía de una aventura. Me fascina cómo utilizan el tiempo como un recurso presente y que actúa como en la vida real, y cómo diferentes videojuegos del género lo utilizan para narrar o para establecer sus hitos. He estado disfrutando de Story of Seasons: A Wonderful Life (Marvelous, 2023), la última entrega de la saga (también conocida como Harvest Moon) y me ha sorprendido encontrar lo mejor y lo peor de la vida real representado entre sus tiernos píxeles y sus sencillos -y a veces cutres- elementos jugables.
Lo que propone Story of Seasons: A Wonderful Life no es ninguna sorpresa si ya te has acercado previamente al género: comenzar a cuidar de una granja en un pequeño pueblo mientras conoces a sus habitantes, forjas amistades e incluso llegas a tener una familia. Aunque había jugado antes a otras entregas de la saga, nunca había profundizado demasiado en ellas, y quizás por eso me haya sorprendido tanto este hecho -tomadlo como algo probablemente generalizado de la franquicia y no como algo único de esta entrega en concreto-, pero en su sencillez también se introducen la belleza y el dolor de lo cotidiano.
Después de tu primer año en la granja, que sirve como introducción para que te adaptes a la rutina diaria de repetición, Story of Seasons: A Wonderful Life te permitirá casarte con el personaje con el que hayas establecido un mayor vínculo de afecto. Esto trastocará de forma mínima la rutina ya establecida, ya que se irá a vivir contigo a la granja. En términos técnicos y jugables es una tontería: lo único que cambia es que al levantarte por la mañana tu pareja estará ahí, podrás saludar o establecer una sencilla conversación, pero salvo cuando decida ayudarte con las labores de la granja, tu trabajo y el juego continuarán de la misma manera. Lo mismo ocurre si decides tener un hijo: aparecerá ahí, irá creciendo y, posteriormente, existe la posibilidad de que te “sustituya” como encargado de la granja. Y esos son los pequeños detalles que hacen que un pequeño juego que parece sencillo, con muy poca profundidad en su historia y diálogos, con personajes que parecen muy poco trabajados, alberga la magia.
La muerte está presente en Story of Seasons: A Wonderful Life, y es increíble cómo es capaz de catapultarla hasta tus narices con pequeños detalles. (Esto puede considerarse un pequeño spoiler, así que si lo estás jugando y quieres que todo te pille por sorpresa sáltate este párrafo). Una pareja de ancianos vive en el pueblo desde el primer día. Tu relación con ellos será mayor o menor, pero te acostumbrarás a verlos pasear. En mi caso, casi todas las tardes montaba un pequeño puesto de venta en la plaza para vender mis productos a los vecinos, y estos dos amables ancianos eran los que más solían pasarse. Me caían bien y hasta les hacía descuentos. Cuando pasa el primer año de tiempo en el juego, te percatas de que ya sólo ves al anciano paseando en soledad, y ella parece desaparecida. Los diálogos con él comienzan a ser más escuetos, de hecho, ya casi no habla. No acepta tus regalos, dice que “ya no le importa nada”. Un día, descubres que se pasa la mayor parte del día junto a la tumba de su mujer. Sí, en este pequeño y sencillo juego de granja se ha producido la muerte de un personaje, de un elemento que parecía un montón de píxeles sin más que pretendían cumplir una función. Y ha afectado a su esposo, en su manera de ser y de actuar contigo. Ha ocurrido algo real, algo que te sacude, porque la muerte resulta ser tan fuerte como la vida.
Enfrentarse a la muerte en un juego como Story of Seasons: A Wonderful Life es chocante. No me lo esperaba. Tampoco imaginaba que pudiese representarlo de una manera tan eficaz, utilizando sus propias herramientas, esas que en un principio te parecen tan sencillas y hasta pobres. Es capaz de expresar un sentimiento y un suceso a través de la sencillez, la que nunca abandona, de otro personaje que has conocido.
Esto también se ve reflejado en el crecimiento, de tu propio hijo y de otros personajes del pueblo. El niño de repente es adolescente, llegan nuevos vecinos… La representación del tiempo, lo mejor de la vida en forma de amistades, amor y familia, y también lo peor, como la muerte y, en definitiva, las consecuencias de aquello que no podemos controlar: el pasar del reloj.
Quién me iba a decir que en un juego como este iba a encontrar una lección tan valiosa de cómo implementar lo mejor y lo peor de la vida real, el paso del tiempo en su conjunto, la vida y la muerte, y todo lo que hay entre ellas.