¿La nostalgia se carga a los videojuegos? Mundogamers, Silent Hill 2, XDefiant y qué viejuno estoy

Kept you waiting, huh?

En el último podcast comentaba con David Oña -casi a sabiendas- que las cosas debíamos hacerlas cuando nos apeteciera y cuando la vida nos lo permitiera. Él sabía que la vida no me iba a conceder eso de ser muy ruidoso los siguientes meses, pero yo tenía la esperanza de pasarme de vez en cuando.

Ya sabes que no ha sido así, pero no pasa nada, volvemos a sintonizar con el Ruido como si nada hubiera ocurrido.

Te voy a contar un poco de mi vida, así que si no te interesa puedes bajar un poco hasta el siguiente subtítulo y listo.

Se ha producido uno de los mayores cambios de mi vida -eso explica esta última ausencia-, y ya puedo decir que soy un señor mayor: tengo casa propia, aunque antes he sufrido y bien sufrido lo que es realizar una reforma integral y también eso de llevar demasiadas cajas en una mudanza.

Siempre tienes más cosas de las que te piensas.

Pero es curioso cómo uno de los elementos a los que más cariño dispuse en la mudanza fue un cuadro; un regalo que me hicieron los grandes amigos berenjenos (Dan, Fafnir, Cubo… no sé si me seguís leyendo por aquí) justo después de anunciar que Mundogamers llegaba a su fin. Tuvieron el detalle de regalarnos, al equipo que pudo vivir esos últimos y convulsos tiempos, la enmarcación de uno de nuestros análisis. Y con el mío dieron en el clavo.

El análisis de Metal Gear Solid V, uno de los más difíciles que hice y uno del que me terminé arrepintiendo. Ahora ya no, y seguramente sea del que más orgulloso me siento. Que sepáis, amigos del pasado, que tiene un lugar privilegiado en mi nuevo despacho -donde escribo estas líneas- y permanecerá aquí por mucho tiempo.

La nostalgia, aliada y enemiga, juega sus cartas. Echo de menos esos tiempos de Mundogamers -el lugar más feliz en el que he trabajado en toda mi vida-, curiosamente, el lugar donde trabajé la mayor parte del tiempo en mi anterior hogar.

Todo son etapas y yo siento que he avanzado una más.

La nostalgia y el State of Play

Donde parece que el destino no quiere que me desvincule jamás es en eso de hacerme trabajar en los eventos de videojuegos que se aglutinan en estas épocas, en este “No E3” que casi podríamos decir que ha comenzado con el último State of Play de PlayStation.

La nostalgia es un arma muy poderosa de la industria actual de los videojuegos. Su objetivo más obvio somos nosotros: jóvenes en nuestra treintena o cuarentena que crecimos con los videojuegos siendo unos chavales y que ahora sí tenemos la capacidad económica de hacer que sean un poco más ricos. Por eso el mercado se encarga de lanzarnos todo el rato remakes, remasterizaciones, obras que recuerdan a y una amalgama de herramientas cuya utilidad es atacar fuerte nuestra memoria.

Me gustó mucho este artículo de National Geographic en el que se recopila y reflexiona sobre las palabras de Krystine Batcho, profesora de psicología del LeMoyne College, sobre la nostalgia. Esta frase lo resume un poco todo, aunque te recomiendo que lo leas al completo:

“No sólo añoramos nuestro pasado, sino que recordamos una versión romántica de él”

Regresar a aquellos instantes donde éramos felices, o donde pensábamos que no teníamos tantas preocupaciones como ahora, genera un placer que nuestras agotadas mentes y cuerpos asolados por el estrés diario desean obtener. Por eso el remake de Silent Hill 2 es uno de los títulos más importantes de PlayStation en estas conferencias, por eso realizar remakes de Until Dawn -la nostalgia funciona incluso cuando no han pasado tantos años desde su lanzamiento original- y por eso yo estoy subiendo la torre Tártaro del remake de Persona 3 todas las noches: porque recuerdo lo feliz que me hizo la obra original, y eso potencia lo feliz que me hace ahora.

Hasta los juegos originales, como el reciente XDefiant de Ubisoft, un juego gratuito de disparos en primera persona, tienen que atacar desde el costado de la nostalgia. Se parece a propósito a Call of Duty, basan toda su comercialización en esa afirmación, y no se esconden. Es como cuando eras un chaval y los Call of Duty eran sencillos, vas a volver a esos tiempos cuando jugabas con tus colegas después del colegio mientras te merendabas un bollycao.

Hasta Astro Bot, para mí el juego más interesante de todos los mostrados en el State of Play, juega a su manera con la nostalgia. Su estilo de juego, basado en los plataformas del pasado, sus referencias continuas a las sagas de antaño… se hace raro ver estas conferencias a sabiendas de que el marketing te está hablando directamente a ti, que eres el target obvio.

¿Es bueno o malo? No tengo ni idea. Pero si descargo Fortnite para comprobar cómo es lo que funciona entre la chavalería de ahora, me encuentro con juegos que se parecen más al menú de Netflix que a lo que jugábamos nosotros. Varios juegos dentro de uno, la necesidad constante de que haya estímulos en forma de novedades… y Prince of Persia: The Lost Crown, mientras tanto, no cumple con las ventas.

Qué viejuno me ha quedado este último párrafo, mis disculpas.

Un par de recomendaciones, para terminar

Por no acabar de bajona, te recomiendo que juegues inmediatamente a Beat Cop. Si te gustó Papers, Please, dale caña. Debería bastarte solo con esto. Es menos "pasivo", pero comparte el objetivo de desempeñar un trabajo rutinario (en este caso, policía), afrontando las consecuencias por tu forma de actuar y las decisiones tomadas. Está disponible en casi todas las plataformas y suele estar muy baratillo.

Y un clásico para leer, que sé que muchos lo tenéis pendiente: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick. Yo me lo compré en esta nueva edición que es monísima y que forma parte de una colección de clásicos de la literatura a los que también te recomiendo echar un vistazo.

Gracias por seguir ahí, nos leemos más a menudo a partir de ahora -quizás nos escuchemos pronto-. Te agradezco si dejas un corazoncito, si compartes con alguien a quien creas que le pueda gustar y si te suscribes por si te apeteciera recibir directamente en el correo electrónico los nuevos artículos y podcast que vaya publicando. Y si te apetece, recuerda que puedes invitarme a un café (o a una cerveza) y te la dedicaré muy gustosamente.