Sí, la nube es el futuro de los videojuegos y el final de las consolas es cuestión de tiempo
Nos guste o no.
Estamos inmersos en una etapa de cambios cruciales en el mundo que conocemos desde distintos ámbitos, más de los que recuerdo haber vivido en mucho tiempo. La aparición de las IAs ya no es cháchara, no es algo que podría suceder -ya lo está haciendo, y un ejemplo son estos datos de JournalismAI que afirma que más del 75% de los redactores usan la IA en al menos una de las áreas de la cadena de valor del periodismo- y otros cambios en el ámbito de la cultura digital parecen estar dirigiéndose en una dirección muy concreta. O, mejor dicho, están llegando al desvío de una autopista que ya estaban marcando con sus intermitentes desde hace mucho tiempo; ahora simplemente estamos siendo conscientes del cambio de rumbo.
Es uno de los temas que ya avanzaba hace apenas unas semanas cuando tomaba las palabras de Naoki Yoshida, productor de Final Fantasy XVI, cuando deseaba que hubiera una única plataforma para todos los videojuegos. Esto va a llegar, sí o sí, nos guste o no. El futuro de todo lo relativo al mundo y mercado digital -que incluye a los videojuegos- lo marcan las grandes empresas tecnológicas y, sorpresa, una de las más grandes (y que, casualmente, tiene una de las plataformas principales de este circo) lo lleva dejando ver de forma muy clara en los últimos años. Una nueva filtración sobre sus planes de futuro sigue apuntando en la misma dirección para no dejar duda… si es que todavía existía alguna.
Esa nueva versión o rediseño de Xbox Series X que supuestamente llegará en 2024 parece otra declaración de intenciones. Donde algunos pueden ver simplemente que se prescinde del lector de Blu-Ray como una opción alternativa para los que prefieren jugar en digital, yo veo una tendencia clara que se apoya en los últimos movimientos masivos y multimillonarios de la compañía: lo físico se está quedando atrás, el poder está en otros formatos y en nuevas tendencias. En concreto, yo apuesto por dos que ya he mencionado: la IA y la nube.
No sólo vamos a ver dentro de apenas unos días cómo una IA nos acompaña de la mano -y ya para siempre- en nuestro querido Windows, sino que lo hará en el futuro en Xbox, y probablemente también en otras consolas de la competencia. Por otro lado, que las compañías reguladoras hayan puesto trabas a la compra de Activision-Blizzard-King por parte de Microsoft no ha tenido nada que ver con un monopolio en el mercado por la exclusividad de videojuegos y sagas -eso es lo que menos le ha importado a Xbox durante todo este entramado- sino en su posición de dominancia de la nube, donde está en una posición privilegiada, que es la que quiere controlar al máximo de cara al futuro.
La forma de consumir nuestro ocio, sea el que sea (videojuegos incluidos), va a cambiar. El camino tecnológico nos conduce hacia una era donde los aparatos no importen tanto o sean realmente insignificantes: lo relevante serán los servicios. Que desde tu televisión, móvil, tableta o cualquier otro dispositivo con pantalla, puedas acceder a la biblioteca completa de una compañía. Sorpresa, ya ha ocurrido en cine, series y contenidos audiovisuales en general. Dentro de no demasiado, seguirán existiendo Xbox, PlayStation y Nintendo, por supuesto, pero probablemente sus juegos y servicios no estén limitados a unos cacharros caros que ocupan espacio en nuestro mueble. Hasta nuevas iteraciones ciertamente extrañas como PlayStation Portal parecen ser acercamientos hacia esta posible realidad.
Creo firmemente que nos estamos acercando al fin de las consolas.
Xbox ha tomado la delantera en este terreno, porque Microsoft es una de las empresas líderes de tecnología del mundo, obviamente. En el largo plazo, lo que de verdad importa en estos tiempos de cambio a estos monstruos empresariales es que la marca se abra un hueco, que sea reconocida, que los servicios sean los que marquen el camino económico, porque serán los que realmente estén presentes en el futuro de la industria -y probablemente en solitario, sin las consolas-. ¿Y que ha hecho casualmente la compañía en los últimos años? Insistir, insistir e insistir con Xbox Game Pass y su nube. No es relevante que se pierda más o menos dinero vendiendo hardware de Xbox.
Dejo de lado en esta reflexión el asunto de la conservación de los videojuegos y su valor cultural -aunque charlé en el podcast con Alfonso sobre ello durante un rato, por si gustas-, al igual que las implicaciones que esto tendrá en el mercado físico. Pero no podemos taparnos los ojos, ni abrazarnos a nuestra estantería repleta de cajas de juegos negando lo obvio. Lo que hace unos años parecía El Futuro ya ha llegado o lo hará pronto. Lo estamos viviendo. Los videojuegos abrazarán la nube y dejarán de lado los soportes físicos porque la tecnología ya está encaminada hacia ello.
El mundo cambia. Nos hacemos viejos. Lo de siempre. A nosotros nos tocará contar una historia a los jovenzuelos que se acerquen por primera vez a los videojuegos: en mis tiempos usábamos un aparato grande y feo que poníamos al lado de la tele para jugar, y enchufábamos cartuchos, y metíamos discos, no veas qué movida, hasta había gente que discutía por ellos.
Nos mirarán raro, pero al menos lo vimos venir: nos adentramos de lleno en el futuro que hasta ahora pensábamos que era lejano.