Una única plataforma para todos los videojuegos... ¿Yoshida, de Final Fantasy XVI, desea lo imposible?
Un mundo sin consolas.
Naoki Yoshida, productor de Final Fantasy XVI, ha declarado recientemente en una entrevista (traducida por IGN) que “Plataformas de juego... Probablemente no debería decir esto, pero me gustaría que sólo hubiera una. Sería mejor tanto para los desarrolladores como para los jugadores", y me ha parecido interesante que una figura como la suya se permita este comentario. Quizás no sea por los mismos motivos, pero creo que uno de los lastres improbables de solucionar para que el videojuego alcance un estatus social y cultural igualitario al de otras vertientes creativas es que para poder jugar necesitas un hardware, o mejor dicho, varios.
Sí, las demás vertientes culturales también están controladas por el mercado, es obvio, pero puedo ir a ver al mismo cine Barbie y Oppenheimer -incluso una después de la otra- sin ningún impedimento, a pesar de ser de dos estudios y compañías distribuidoras diferentes. Pagas por la obra, disfrutas de ella, y ya está, no hay más intermediarios que una pantalla. Con los videojuegos es muy diferente, ya que dependen de algo más que de un soporte visual para poder reproducirse, y esto también es lo que nos lleva a las absurdas guerras que desde fuera siguen alimentando la creencia -en muchos casos correcta- de que parecemos el patio a la hora del recreo de un colegio. Pero sin querer desviarme hacia ese lado, es totalmente cierto: para poder ver la última película estrenada sólo tienes que ir al cine, para ver una serie quizás necesites pagar una suscripción, para leer un libro sólo hay que comprarlo… para poder jugar a Final Fantasy XVI necesitas adquirirlo pero también disponer de una PS5 ahora mismo, lo que limita y produce que, además, sea una experiencia mucho más cara. Un capricho. Algo casi elitista destinado a los más fanáticos y a nadie más. Imagina que la próxima película de Steven Spielberg sólo la pudieran ver aquellos que tengan una tele de última generación de una compañía en concreto; no es una comparación exagerada.
La ilusión de vivir en un mundo donde el mercado de los videojuegos no esté limitado por el hardware que tengas en casa es imposible de concebir. O puedes tener el privilegio de pagar por todos los sistemas y plataformas o no tendrás acceso a todo el mercado, esa es una realidad. Y es lo que provoca que podamos ver prácticas tan cuestionables como las de monetizar la cultura retro de Nintendo o volver a vender el mismo juego por casi el mismo precio que en su momento años después, como Take-Two y el caso Red Dead Redemption.
Pero es probable que no sea tan imposible y que el deseo de Yoshida se vea cumplido, con matices. Creo que nos acercamos irremediablemente a un mundo sin hardware, donde las consolas como tal sean cosa del pasado. Seguiremos jugando en sistemas PlayStation, Xbox, Nintendo y lo que sea, pero no será tanto un soporte físico sino uno digital. Dominarán las suscripciones por encima de las máquinas y su olor a plástico, y por eso Microsoft apuesta tantísimo por la tecnología de la nube -el verdadero problema al que se ha enfrentado para poder adquirir Activision-Blizzard-King entre las organizaciones reguladoras de la competencia-, porque saben que el futuro nos conduce en esa dirección, y que es más importante en el largo plazo situar servicios como Xbox Game Pass entre la cultura popular de los jugadores que un soporte al lado de la televisión.
Es decir, seguiremos teniendo el mismo problema, pero quizás sin tener que depender tanto de un cacharro muy caro y rompiendo unos límites que otras vertientes como el cine y la televisión no tienen ni han tenido.
La competencia es buena, y que el mercado de los videojuegos sea tan feroz ya no sólo en términos de software, sino también en hardware -y desde hace unos años en suscripciones y fidelización- es lo que regula el mercado en sí y lo que nos permite aprovecharnos como consumidores. Culturalmente el videojuego sería un mejor representante sin los márgenes impuestos por las consolas, por supuesto, y como dice Yoshida, sería mejor para desarrolladores y consumidores, pero eso jamás ocurrirá, ni en los videojuegos ni en cualquier otro negocio.
Pero sí que creo que en algún momento del futuro, al igual que con el cine o las series, sólo habrá que disponer de una pantalla para poder disfrutar de los videojuegos. ¿Tú qué opinas?